El matorral costero de Baja California sólo se encuentra en la costa, en suelos rocosos, entre Tijuana y El Rosario. Es decir, tiene una distribución muy limitada. Al sur de California hay matorral parecido, pero en México, se encuentra la mayor proporción de superficie y la mejor conservada (FIGURA 1). Sin embargo, la agricultura y la urbanización lo están talando y lo estamos perdiendo para siempre.

Todos sabemos que la naturaleza le ha ofrecido a los humanos recursos para alimentarse, construir y adornar sus casas, nos ha proporcionado medicinas, materiales, aceites, etcétera. Pero pocos nos acordamos, que también la naturaleza nos ofrece servicios, que se llaman ambientales, al proporcionarnos oxígeno, al protegernos de deslaves e inundaciones. El matorral costero, por ejemplo forma suelo. Entre las oquedades de las rocas germinan semillas de arbustos y al crecer, con sus raíces se meten entre las rocas FIGURA 2).

Cuando el follaje se seca en el verano, tiran las hojas y éstas en el suelo se mezclan con tierra y forman materia orgánica que con el tiempo se hace suelo y permite que germinen semillas de otras especies de plantas. Este complejo de plantas que se forma como una maraña de raíces entre rocas y hierbas y arbustos entremezclados, logran detener el suelo aun cuando llueva mucho y corra el agua con fuerza porque la pendiente es inclinada. Si las laderas de las ciudades se quedan con su matorral costero, no habría deslaves. Es decir, el matorral ofrece el servicio ambiental de detener las laderas y protegernos de las riadas de lodo que a veces ocurren en las ciudades y poblados que miran al Pacífico (FIGURA 3).


El matorral costero es una vegetación de arbustos que pierden sus hojas en el verano y cactáceas que crece principalmente sobre suelos rocosos. Por eso, en los meses secos en lugar de verse verde, se ve medio seco, pardo, marrón y naranja. Pero, en el invierno y la primavera no sólo se pone verde sino que las flores de las hierbas y arbustos florecen y lo pintan de amarillos, blancos y morados. La verdad, ésta es la mejor época de la vegetación en términos visuales. Sin embargo, ecológicamente, los meses de sequía nos ofrecen un ejemplo de estrategias de adaptación de las plantas para soportar la falta de agua, el calor, la luz y el fuego. Muchas de las semillas de estas plantas sólo germinan cuando sufren un incendio, muchos de los arbustos rebrotan y reverdecen si son quemados.

Las plantas de los matorrales costeros, son dispersadas por el viento o por animales. Son arbustos y hierbas que la mayoría de las veces, sólo crecen en un lugar. Por eso, es muy interesante estudiar la flora y las interacciones entre animales y plantas en los matorrales costeros porque son únicos en ciertos sitios. Por ejemplo, hay hongos, plantas, insectos, ratones, reptiles, que sólo crecen en los matorrales de Baja California y en ningún otro lugar del mundo entero.

Estudiar las adaptaciones de las plantas y de los animales a climas extremos puede darnos ideas de cómo actuar y cómo construir y conocerlas desde dentro permite identificar sustancias químicas que extraer para usar en nuestro beneficio. Además, estudiarlas nos permite saber sobre su evolución, resolver preguntas de ¿cómo es que llegaron a adaptarse a tanto estrés?. Conocer las funciones de la naturaleza nos puede dar pistas para vivir mejor en un mundo donde el clima está cambiando.

 
 
 
 
 
 
 
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